¿Qué es lo primero que te viene a la mente cuando escuchas la palabra “diamante”?
“Los diamantes son el mejor amigo de una mujer”, decía Marilyn. “Los diamantes son para siempre”, decía James.
Ya sea como el centro de tu anillo de compromiso o como una joya más, los diamantes simbolizan la eternidad.
Pensar en la enorme presión que soporta un pedazo de carbono durante cientos de años para convertirse en un diamante natural es asombroso. No es de extrañar su altísimo valor y precio.
Diamantes en los tratamientos antiedad
Aparentemente, la contribución de este valioso carbono no termina en nuestra caja de joyas.
La ciencia de la cosmetología ha demostrado que los cristales de diamante natural mejoran la apariencia y la función de la piel. Para comprender plenamente cómo los cristales de diamante contribuyen al bienestar de la piel, debemos analizar cómo reacciona con el paso del tiempo…
La piel pierde su brillo rápidamente…
A medida que envejecemos, la velocidad a la que se desarrollan las funciones metabólicas de la piel comienza a disminuir. La producción de colágeno y elastina se reduce, y la renovación celular ocurre con más lentitud.
Como resultado, las células muertas permanecen en las capas externas de la piel, creando una apariencia áspera y opaca.
Si no se realiza una exfoliación adecuada, la piel tendrá dificultades para recuperar su vitalidad y luminosidad.
Los cristales de diamante natural son esa “fuerza de renovación” que la piel envejecida necesita desesperadamente.
Esto se debe a que los cristales de diamante exfolian de una forma sutil pero efectiva, con resultados visibles al instante.
Con esta exfoliación suave, las células muertas se eliminan, la renovación celular se acelera y la piel recupera su vitalidad, irradiando frescura y luminosidad.
Aprovechando estos beneficios antiedad de los cristales de diamante natural, FREZYDERM los incorporó en una nueva línea premium de acción avanzada, ideal para las necesidades de pieles maduras, opacas (60+) o pieles jóvenes intensamente dañadas.
La línea DIAMOND VELVET incluye una crema hidratante intensa, una crema antiedad potente y un dispositivo especial de microdifusión: una serie completa de diseño excepcional, alto rigor científico y eficacia única.Estas fórmulas incorporan todos los beneficios de los cristales de diamante, además de cristales de nitruro de boro, que ofrecen un alto grado de difusión de la luz, logrando un efecto de enfoque suave e instantáneo sobre arrugas y decoloraciones.
Esto sucede porque los cristales de nitruro de boro pueden introducirse en los pliegues de la piel creados por las arrugas profundas y, al reflejar la luz en esos puntos, generan un efecto de “relleno” que da como resultado un rostro más uniforme y liso.
Así, al renovar de manera única la apariencia de la piel y resaltar su brillo natural oculto, los cristales de diamante natural nos ofrecen un regalo extraordinario: restaurar la juventud tan deseada. Si eso no es algo de valor incalculable… ¿entonces qué lo es?

